Jueves 11 de marzo de 2010.
Ayer me comunicó mi abogada que hoy se llevaría a cabo la visita de la Oficial de Justicia para restituirme mi propiedad. La orden para que la Oficial lo hiciera en realidad había sido emitida el día 15 de febrero. La Oficial se tomó unos 24 días para cumplir con ello. Recordemos, además, que las okupas habían abandonado MI casa el día 29 de enero.
Mi abogada me informó que la Oficial de Justicia estba enojada.
-¡Claro! -exclamo yo sintiendo que por fin me ponía de acuerdo con la Justicia argentina.- ¿Cómo no va a estarlo frente a semejante delito infringido por dos estafadoras profesionales? Dos años okupando una casa que no les correspondía, robaron una escritura y sustituyeron una persona, robaron la letra B de la puerta y la Oficial no pudo realizar su trabajo, hicieron perder tiempo a jueces, secretarios de juzgados, oficiales de justicia, dilapidando dinero del Erario público que todos pagamos y que podría estar utilizándose para cosas beneficiosas para la socie…-pero mi arenga cada vez más entusiasta a favor de lo que para mí era justo fue interrumpida por la voz de mi abogada.
-¡No, no, no! Está enojada con vos.
-¡¿Ehhhhhh?! ¿¿Conmigo??
-Claro. -nuevamente con el tono de: Niña, hacer se escribe con hache.- Porque entraste al departamento cuando no estaba la letra B.
Trato de razonar (verbo poco aplicable para circunstancias legales) con mi abogada y de entender (otro verbo poco aplicable para quienes sufrimos la Justicia argentina) cómo podía la Oficial estar enojada con la parte que ha sufrido el perjuicio.
Si alguien tiene alguna pista, será bienvenida. Mientras tanto hoy irá sola mi abogada a la recuperación de mi casa, porque la Oficial está enojada conmigo y no quiere verme. Esa es la justicia de los países subdesarrollados, donde la víctima es castigada duramente y el delincuente es adorado y excusado.