Estaba convencida de que había recuperado mi casa finalmente. En realidad me resultaba extraño que después de dos años de lucha, la recuperación hubiera sido tan sencilla.
Al día siguiente de nuestra incursión en la casa quise empezar a reparar los destrozos de las intrusas. Llamé a mi abogada para hacerle una consulta y azorada me dijo que no debía ocurrírseme entrar a MI casa.
-Aún la oficial de Justicia no ha dado el visto bueno. -me aclaró.
-Pero si fue no solo la oficial de Justicia sino una ayudante a ver la casa y se negaron a entrar -repliqué yo, por supuesto con la lógica equivocada.
-Pero faltaba la letra B, así que no pudieron entrar -aclaró mi abogada como si le estuviera enseñando a un niño pequeño que se niega a hacer su tarea.
¡Claro que faltaba la letra B! Se la robó también la inquilina. ¿La oficial de Justicia no debería haber comenzado por anotar que la okupa se había robado (acto este sí ilícito hasta donde alcanza mi conocimiento) la letra B de la puerta para que no le llegaran cartas que la Justicia le mandaba? ¿No fueron para hacer una inspección de en qué condiciones se encontraba la propiedad? ¿La letra B, no es una determinación que debe estar en un plano independientemente de que la letra esté o no en la puerta? Tampoco hay un PB en ningún lugar, entonces...¿cómo asegura que se trata de la Planta Baja? ¿No era suficiente con tocar, por ejemplo, el portero eléctrico donde claramente dice: PB B, y escuchar que sonaba en el departamento?
Obviamente todas son preguntas IRRESPONDIBLES por una mente que funciona con lógica. Hay que tornarse un poco delincuente para poder ser protegidos por nuesta querida Justicia.
Así que salí a comprar la letra B y fui a colocarla. Ahora debo esperar a que den otra fecha para que esta señora venga a abrir mi casa y pueda, quizás, tal vez, con suerte, viento a favor, empezar a reconstruir lo destruído.