sábado, 8 de agosto de 2009

Comenzaron los problemas serios

Entre las obligaciones que tenía mi inquilina estaba la de transferir el teléfono a su nombre. Pasaban los días y el teléfono seguía anombre de mi mamá. ¿Por qué? "Bueno, ya sabemos cómo son las telefónicas, siempre falta algo para poder hacer el cambio" me explicaba con nerviosismo mi inquilina. Y ya sabemos cómo somos los argentinos: nos creemos cualquier cosa con tal de que hablen mal de una multinacional.

Llegó el momento de pagar el primer mes de alquiler. Pasaron 5 días, 6, 7. La llamé y me comunicó que había hecho una mala inversión pero que pagaría pronto. Nunca fui partícipe de cobrar punitorios porque entendía que podía realmente haber problemas para pagar el día 5, así que, cuando después de varios llamados decidió pagar, lo dejamos así. Resultó que cada mes tenía un problema distinto por el que no podía pagar a tiempo: la habían robado (creo que si denunciamos las veces que la robaron aumentaría la estadística del país, hasta ubicarnos al nivel de una favela de Brasil). Otra vez era a la madre, que también vivía en mi departamento, a la que habían robado. Otra vez el hijo tenía algún problema, que no sé por qué, pero afectaba al pago. Así pasaron los dos años del contrato, a los tropiezos, pero pagando finalmente. Insisto: Nunca cobré un punitorio por pagar tarde, a pesar de estar estipulado en el contrato.

En noviembre de 2007, transcurridos los dos años, cuando estaba por finalizar el contrato, nos reunimos nuevamente. Le planteé que debíamos firmar uno nuevo y nos pusimos de acuerdo en las condiciones. Me rogó que en lugar del día 5, pusiéramos el 10, porque la madre cobraba más tarde la jubilación. Así lo hicimos. Llegó el 10 de diciembre, fecha en que debíamos de celebrar las firmas. Café preparado, masitas, esperanza (de esperar)... De repente, la garantese había ido de vacaciones y estaba inubicable. Qué raro, ¿no? Nadie se va de vacaciones si tiene un compromiso así. Al menos, avisa con varios días de anticipación, sobre todo, si es la madrina del hijo de la inquilina. El contrato no se firmó ese día

Pagó tarde diciembre, pero pagó. Aún no habíamos firmado contrato. La garante seguía de vacaciones. Año nuevo, ¡vida nueva! Llegó 2008. Tenía que llamarla a diario para ver cuándo pagaría. Pasó el mes de enero completo. A mediados de febrero pagó el mes de enero y la garante seguía desaparecida. Empecé a sospechar que la garante original quizás no era la garante

Llamaba a la casa, no atendían. El celular tampoco. Cuando finalmente alguien atendía, era la madre que no hacía más que criticar algobierno por lo delincuentes y deshonestos que eran, e insistía en que yo era maravillosa y que no hacía más que decirle a su hija que tenían que ver la forma de pagarme

Pasado el mes de febrero de 2008 sin pagar, llegó marzo que tampoco pagó (acumulaba dos meses ya). Cuando lograba comunicarme con ella, no hacía más que llorar y contarme que le habían sacado al hijo y que su ex-marido la había querido asesinar. Yo le decía que la comprendía y acompañaba en el sentimiento pero que lo mío era una cuestión comercial, no un consultorio sentimental. Yo necesitaba cobrar porque tenía deudas que dependían del pago del alquiler. Por supuesto, ahora visto a la lejanía, me doy cuenta de lo naïf queresultaba mi explicación y de lo gracioso que sería para ella mi intento por mantener un pensamiento tan lineal.

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