miércoles, 12 de agosto de 2009

La garante

Llegamos a julio de 2008, hay feria judicial. Agosto 2008.

Paralelamente al desalojo, se inició el juicio por "cobro de alquileres adeudados" a la garante. A los alquileres que debía, se sumaba la deuda de expensas que descubrí no pagaba desde hacía 8 meses, más todos los impuestos, que había dejado de pagar.

Se embargó el departamento que había puesto en garantía para que no tuviera posibilidad de hacer una venta fraudulenta. Se le envió una comunicación a la garante del estado de la deuda al domicilio declarado en el contrato. La Carta Documento vuelve, sin abrir, porque en ese domicilio no vivía nadie con ese nombre.

Mi abogada me hizo conocer que, legalmente, podíamos seguir adelante con el embargo y rematar la propiedad para poder cobrar. El hecho de que no viviera donde declaró no era impedimento para rematarle la casa. A estas alturas ya dudaba de la identidad de la persona que había ido a firmar el contrato y le dije a mi abogada que debíamos intentar contactarla antes de llevar a una venta. La abogada solicitó a la cámara electoral el verdadero domicilio de la persona que figuraba como garante, y dueña de la escritura presentada como garantía. Conocimos por fin la dirección de la garante (la llamaremos así aunque debería, a estas alturas, recibir otro nombre).

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