lunes, 24 de agosto de 2009

Nueva feria judicial y nuevo juicio.

Navidad y Año Nuevo (2008): OBVIAMEEEENTE no la podíamos desalojar hasta…ooooops, me olvidaba la OTRA feria…o sea, ¡hasta febrero de 2009!

Ahora que se demostró que era ella la que había firmado, ¿le iniciamos ese terrible juicio penal por el que irá a la cárcel? No vale la pena, me aconseja mi abogada. ¿Eh? Imaginate que si es su primer delito, lo único que hacen es llamarla y advertirla (o sea: un reto) y para eso vos te pusiste en gastos de abogados y a ella no le pasa nada. ¿Pero no era un hecho gravísimo? No era que no se entendía cómo su abogado le podía aconsejar algo así? Es un genio su abogado. Al final: el haber desconocido su firma le permitió estar más de un año viviendo gratis. Debería reflexionar sobre esto de contratar abogados honestos. Ya sé, es una contradicción en sí misma: ABOGADO-HONESTO, pero aunque no lo crean existe y es la mía.

En el mismo mes de diciembre de 2008 llega a la oficina de mi abogada una causa en mi contra, sí: en MI CONTRA, penal (la temida palabra con la que te violan) por haberle embargado el departamento a alguien sin motivos y por estar YO complotada con mi inquilina para estafar a una mujer y querer quedarnos con su departamento. ¿Pero qué locura es esta? ¡Por favor! Chiquita, tenés que contratar un abogado penalista, de esos que tenés que pagar antes de que muevan un dedo. Pero…pero…mi casa…yo fui la estafada…¿cómo funciona la justicia? Al parecer la mujer con problemas dentales que se presentó a firmar en aquella oportunidad no era la dueña del departamento que pusieron en garantía, con lo cual habían fraguado una sustitución de persona. ¿Pero el DNI? ¿La escritura? Me explicaron que todo se fraguaba, se conseguía un DNI de alguien, se le cambiaba la fotito, se conseguía de alguna forma una escritura y ¡listo el pollo! Claro, para alguien que transita por el camino de la legalidad y la honestidad estas cosas son increíbles, pero son reales, créanme.

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